Piel Normal
La piel normal tiene una textura equilibrada -ni demasiado seca ni demasiado grasa- y suele ser resistente a las influencias externas. Los limpiadores suaves, como los geles o las leches, son ideales para este tipo de piel. La Espuma Limpiadora Suave de Weleda es otra excelente opción que satisface perfectamente las necesidades de la piel normal. Elimina eficazmente el maquillaje y el exceso de grasa, al tiempo que preserva el equilibrio natural de hidratación de la piel.
Piel Seca
La piel seca carece de hidratación y aceites naturales, lo que a menudo provoca tirantez, irritación o rojeces. Los limpiadores enriquecidos con aceites son ideales para este tipo de piel. Evita los productos que contengan alcohol, ya que pueden empeorar la sequedad.
Piel Sensible
La piel sensible reacciona fácilmente a factores externos como el calor o el frío, los rayos UV o determinados ingredientes cosméticos, lo que a menudo provoca rojeces e irritación. Lo mejor son los limpiadores suaves y calmantes. Busca fórmulas cremosas que ayuden a proteger la barrera natural de la piel. La Leche Limpiadora Calmante de Almendra de Weleda, enriquecida con aceite de almendras suave y aceite de hueso de ciruela fino, está especialmente formulada para limpiar suavemente e hidratar en profundidad la piel sensible.
Piel Grasa
La piel grasa produce un exceso de sebo, lo que a menudo provoca la aparición de manchas y puntos negros. Para este tipo de piel es esencial una limpieza a fondo. Los productos clarificantes y sin aceites son especialmente eficaces para tratar la piel grasa o con imperfecciones.
Piel MIxta
La piel mixta suele presentar una zona T grasa (frente, nariz y barbilla) y una piel normal a seca en las mejillas. Los limpiadores suaves, como geles o lociones con pH neutro, son los más adecuados para tratar las necesidades de las pieles mixtas.