¿Sérum antes o después de la crema?

Cuando hablamos de cuidado facial, no solo son importantes las cremas que utilizas sino también el orden en que aplicas estos productos.

¿No sabes si el sérum se pone antes o después de la crema? ¡Tranquila, no eres la única con esa inquietud!

De hecho, este es un dilema que todos enfrentamos en nuestra búsqueda constante de lograr una piel radiante y juvenil, y de tener la piel del rostro en el mejor estado posible.

A continuación, te contaremos mucho más sobre el arte del cuidado facial y te revelaremos el orden perfecto de aplicación de tus productos para que tu piel brille en todo su esplendor.

Antes de revelarte el orden adecuado para aplicar tus productos, es relevante que conozcas una regla de oro que se aplica a todas las cremas, sérums y aceites: siempre debes comenzar con el producto de menor densidad y terminar con el de mayor densidad.

Entonces, si tu rutina incluye solo sérum, protector solar e hidratante (los tres pilares que no deberías pasar por alto), siguiendo esta regla el orden adecuado sería: sérum, crema y luego protector solar.

De esta manera aprovechas al máximo la alta concentración de activos del sérum y obtienes resultados óptimos, ya que, gracias a su textura ligera, se absorbe fácilmente y penetra más profundamente en las capas de la piel.

Después de aplicar el sérum, espera unos segundos para que se absorba completamente y luego extiende tu crema facial, masajeando delicadamente tu rostro y prestando atención a las áreas problemáticas, como el surco nasogeniano o las patas de gallo, donde suelen formarse arrugas con más facilidad. 

Con una textura liviana y un acabado no grasoso, estos productos, ricos en activos altamente concentrados, tienen la capacidad de penetrar hasta las capas más profundas de la piel.

Gracias a esto, el sérum proporciona una intensa hidratación y actúa como un aliado en la regeneración del colágeno, atenuando los signos de envejecimiento y fatiga.

Y es que a medida que la piel envejece, requiere cuidados específicos, y los sérums se convierten en los compañeros ideales para combatir problemas como: 

• Deshidratación.
• Primeras arrugas.
• Falta de luminosidad.
• Pérdida de firmeza.

El sérum es un gran aliado para cuidar la piel y mantenerla en su mejor estado durante el mayor tiempo posible, de eso no hay dudas. 

Sin embargo, todas sus ventajas pueden no aprovecharse si no se le utiliza de manera correcta y en la cantidad adecuada. 

Según los expertos en cuidado facial, el sérum debe aplicarse siempre después de la limpieza, siendo el primer paso del tratamiento, y también recomiendan hacerlo tanto por la mañana como por la noche. 

En cuanto a la cantidad necesaria, los especialistas aconsejan utilizar solo el tamaño de un guisante, distribuyéndolo uniformemente en todo el rostro y el cuello. 

Con el pasar de los años, es natural que la piel de nuestro rostro experimente cambios. Pero, ¿qué se puede hacer para mitigar e incluso revertir algunos de los efectos de este cambio que trae el transcurso del tiempo? 

Para prevenir el envejecimiento cutáneo, es importante que consideres que este no solo está vinculado a la genética, sino también a al estilo de vida y los hábitos de cada persona. Por esa razón, mantenerse hidratado/a, evitar el tabaco, limitar el consumo de alcohol y adoptar una dieta rica en antioxidantes, son aspectos esenciales para contribuir al cuidado de la piel. 

Es esencial evitar cosméticos con componentes perjudiciales como parabenos o alcohol, así como adaptarse lo máximo posible a tu tipo de piel, tratando correctamente problemas como las arrugas o la sequedad.  Lo principal es contar con un tratamiento facial natural bien establecido y que vaya bien con tu tipo de piel y tu preocupación. Si eliges cosméticos naturales formulados con ingredientes como la granada o la genciana azul, conseguirás una cuidado facial efectivo contra las arrugas, la falta de luminosidad o la flacidez.

El sérum tiene una textura ligera que se absorbe con más facilidad que la crema y, además, tiene una alta concentración de activos. Este es el motivo por el que se debe aplicar antes que la crema.

Sin embargo, el cuidado de la piel va mucho más allá. Porque si bien el envejecimiento de la piel es un fenómeno natural, también es influenciado por nuestros hábitos y estilo de vida.

Y en esta lucha contra el paso del tiempo, cada paso cuenta: desde evitar ingredientes dañinos y mantener una hidratación adecuada, hasta prestar atención al sueño y evitar el estrés.

Después de todo, una rutina de cuidado facial exitosa no solo trata de qué producto aplicamos primero, sino de cómo nutrimos y protegemos nuestra piel a diario.

Por cierto, ¿ya conoces la crema ideal para tu tipo de piel?