Deporte durante el embarazo

Hacer ejercicio, conectar con el cuerpo y sentirse bien. El deporte contribuye en gran medida a tener una buena sensación física, pero ¿qué ocurre con el ejercicio y la práctica deportiva durante el embarazo?

Los paseos o la marcha al aire libre son actividades muy satisfactorias y hacer suficiente ejercicio cotidianamente sienta bien a cuerpo, mente y alma. Si tienes suficiente energía no hay ningún impedimento para que practiques deporte durante el embarazo, pero debes optar por modalidades deportivas suaves. No es el momento de los deportes extremos, los entrenamientos duros y las competiciones. Aún así existen muchas posibilidades para seguir ejercitándose de forma suave, relajada y también perseverante.

Sigue tu intuición y escucha a tu cuerpo. Si practicabas deporte antes de quedarte embarazada en principio puedes seguir entrenándote mientras te sientas a gusto haciéndolo. Es bueno que prestes atención a tus propias sensaciones físicas y que vayas introduciendo poco a poco más sosiego y relajación en tu programa deportivo. A medida que avance la gestación el entrenamiento deberá ser cada vez más suave. En principio el ejercicio es muy bueno durante el embarazo y no hay que abandonarlo de golpe. Todo lo contrario, si la mamá se siente a gusto la práctica deportiva también sentará bien al bebé.

Un consejo: nadar es un deporte perfecto porque en el agua te vuelves realmente ingrávida y eso libera de cargas la espalda y las articulaciones. En lugar de hacer footing puedes optar, por ejemplo, por la marcha o la gimnasia. Puedes salir entre 3 y 5 veces por semana a pasear o a hacer marcha.

• Si siempre has hecho deporte y tu embarazo se desarrolla con normalidad puedes continuar tu práctica deportiva, pero con medida. Además, debes evitar los deportes extremos o las modalidades deportivas que impliquen riesgos o puedan ocasionar lesiones.
• Escucha bien a tu cuerpo: ¿estoy más agotada de lo habitual, tengo calambres, necesito más tiempo para recuperarme? Entonces debes reajustar la duración y la intensidad de tu práctica deportiva y tomártela con más calma.
• Aunque hayas hecho poco o ningún deporte antes del embarazo puedes empezar a practicarlo ahora. Modalidades ligeras como la natación, la marcha, el ciclismo o el senderismo son perfectas.

• El deporte estimula la circulación y hace que las articulaciones se muevan bien. Incluso alivia las varices y los edemas.

• Durante las próximas semanas las hormonas harán que las conexiones óseas se ablanden – como preparación para el parto - y eso puede ocasionar dolores de espalda. Unos músculos dorsales fuertes pueden evitar esas dolencias. La natación y la gimnasia ofrecen una buena profilaxis.