Ser capaz de esperar pacientemente

La paciencia es una cualidad que no todo el mundo tiene y justamente al final del embarazo no resulta fácil esperar el momento del parto. Quizá te sientas más pesada y con más dificultad para moverte y estés deseando que el embarazo llegue a su fin.

Las últimas semanas de embarazo te permiten atisbar cómo será tu vida futura con el bebé; por las noches necesitas ir con frecuencia al baño, quizá tengas problemas para conciliar el sueño y te sientas como si estuvieran poniendo a prueba tu paciencia. Lo mejor que puedes hacer es tomártelo como una fase de preparación: cuando el bebé llegue al mundo tampoco podrás descansar tranquilamente toda la noche. Durante muchas semanas y meses tu hijo se despertará para expresar su necesidad de alimentación, proximidad y calor.

La paciencia es una virtud muy importante para los padres. Ahora puedes entrenarla: esperar el parto, esperar el sueño… tómatelo como un buen ejercicio. Más adelante, cuando tengas quehaceres con tu bebé en el día a día es muy posible que en el momento que tú puedas a él no le apetezca y te tocará ser paciente hasta que se muestre dispuesto a ello. Puede ser que tengas que esperar unos minutos, días o incluso semanas y, visto así, la naturaleza ha previsto sabiamente esta fase de espera con el fin de prepararte para tu futura vida con tu bebé.

Puede que te ponga nerviosa que todos te pregunten “¿cuándo nacerá el bebé?”, no pierdas la calma. Tu hijo vendrá al mundo cuando esté preparado para ello. ¡Y ambos lograréis que todo salga perfectamente! Si te tomas esta fase como un ejercicio y una preparación cambiará tu forma de ver las cosas y con esa nueva actitud interior te resultará más fácil esperar tranquilamente y no perder la paciencia con los que te rodean.