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Un referente en relajar cuerpo y alma
Campos de un color azul profundo hasta donde alcanza la vista. Un viento cálido acaricia las flores y el intenso aroma de la lavanda impregna el paisaje. Parece una típica escena sacada de la Provenza francesa. No necesariamente, porque la lavanda crece extremadamente bien en las tierras negras de Moldava. Colaboramos con 200 pequeños agricultores y de su cosecha obtenemos el aceite esencial de lavanda que aporta un aroma relajante a muchos de nuestros productos.

Un clásico en aromaterapia
El árbol de la lavanda es un arbusto de hojas plateadas cuyas propiedades relajantes y calmantes para el baño se valoran desde la antigüedad.
El nombre probablemente proviene del latín “lavare”, que significa "lavar", y ha dado origen a numerosas leyendas, algunas de ellas seguramente ciertas, aunque no se puedan probar.
Por ejemplo, una de ellas cuenta que en la tumba del faraón egipcio Tutankamón, se encontraron recipientes llenos de un bálsamo que aún olía a lavanda, incluso 3000 años después. Se cree que los antiguos egipcios pueden haber utilizado la lavanda para embalsamar a sus momias.

Relax para todo el cuerpo
En la aromaterapia, la nota característica de la lavanda ha demostrado ser un verdadero clásico. Su profundo color azul-violeta fascina el ojo y su aceite esencial calma el sistema nervioso central.
De hecho, la lavanda tiene un efecto relajante en todo el cuerpo - ayuda contra nerviosismo, insomnio, calambres, e incluso problemas cardiovasculares y la indigestión. Por eso es el perfecto aliado para relajar cuerpo y mente después de un día ajetreado, y sobre todo para personas que tienen problemas para desconectar por la noche.