Genciana azul – Gentiana acaulis y Gentiana septemfida

Al igual que la flor de edelweiss, las gencianas azules son plantas estrechamente asociadas con los Alpes suizos. Celebradas en innumerables canciones, disfrutan de un reconocimiento duradero como símbolos apreciados del patrimonio cultural de la región. Hermann Hesse inmortalizó las gencianas azules en su poema de 1913 "Flor de Genciana" con los versos: "El cielo parece sumergido en tu cáliz, / las brisas se deslizan entre tus pétalos suaves".

Como todas las variedades del género Gentiana, la genciana sin tallo (Gentiana acaulis) y la genciana de verano (Gentiana septemfida) están protegidas bajo la ley de conservación de la naturaleza. El nombre botánico se refiere al rey Gentio, quien gobernó el reino de Iliria desde 180 hasta 168 a.C. y se dice que fue el primero en descubrir los efectos beneficiosos de esta hierba medicinal. "Acaulis" es latín para "sin tallo", describiendo la corta estatura de esta variedad. "Septemfida" significa "dividida en siete". Las gencianas azules responden a las condiciones climáticas y de luz, cerrando sus flores cuando está nublado o llueve.

La genciana sin tallo (Gentiana acaulis) habita en las regiones montañosas de Europa Central, desde las montañas del Jura hasta los Pirineos. Prospera en altitudes soleadas de hasta 3,000 metros sobre el nivel del mar, prefiriendo suelos ricos en sílice. La planta perenne herbácea y siempre verde alcanza una altura máxima de solo 10 cm. Sus flores crecen cerca del suelo y parecen brotar directamente de una alfombra de hojas. Su forma sin tallo le permite soportar los fuertes vientos alpinos mientras sus raíces fuertes anclan la planta firmemente en el suelo.

Emergiendo del centro de cada roseta de hojas basales hay una flor de forma impresionante que crece hasta 8 cm de altura. Cinco pétalos de un brillante color púrpura-azul forman el cáliz en forma de trompeta. Crestas y manchas verdes a negras alinean el interior, como una piel de serpiente de cuero. La genciana sin tallo florece de mayo a agosto, su período de floración depende de la ubicación. Los abejorros y las mariposas sirven como polinizadores vitales. Las cápsulas de semillas maduran a finales del verano y otoño, liberando pequeñas semillas dispersadas por el viento.

La genciana de verano o crestada (Gentiana septemfida) es una prima cercana, nativa de las tierras altas de Irán. Forma un montículo más grande y frondoso de follaje con flores más pequeñas que están delicadamente bordeadas en los bordes. Como su nombre sugiere, esta planta florece alrededor de mediados del verano.

Las flores de genciana azul poseen una alta concentración de antocianinas, lo que les da su vibrante tono azul. Estos compuestos secundarios de las plantas sirven para múltiples propósitos, como proteger las plantas de los intensos rayos UV en su entorno montañoso. También tienen un efecto antioxidante al unir los radicales libres que se producen durante el estrés oxidativo resultante de la mayor exposición a los rayos UV.

Los hallazgos de investigaciones recientes indican que las gencianas azules tienen propiedades valiosas para los productos de cuidado de la piel: estimulan el metabolismo de la piel para un efecto revitalizante. Su hábitat de alta montaña les otorga impulsos estructurales reafirmantes.

Weleda incorpora tanto la genciana sin tallo como la genciana de verano en sus productos de cuidado de la piel naturales y orgánicos. Los tallos más largos y extendidos de la genciana de verano producen más biomasa, beneficiando la extracción de sustancias valiosas. Mientras que solo se utilizan las flores y hojas de la genciana sin tallo, todas las partes de la genciana de verano – flores, hojas y tallos – son procesadas.

Debido a preocupaciones de conservación de la naturaleza, la recolección silvestre de gencianas azules no es una opción viable. Las plantas de genciana para nuestra fórmula de alto rendimiento se cultivan orgánicamente en las montañas suizas, en una pequeña parcela de casi una hectárea cerca de Bruson, un pequeño pueblo en el cantón suizo de Valais. Agricultores expertos de la cooperativa cultivan estas exquisitas bellezas azules a una altitud de 1,100 metros sobre el nivel del mar.