Alimentos amargos para mejorar la digestión.
Para muchos de nosotros, nuestras papilas gustativas se han desacostumbrado a los sabores amargos porque la industria alimentaria limita nuestro acceso a las sustancias amargas saludables de las plantas. Pero aún se puede decir que "lo amargo es mejor" para el cuerpo, en moderación, por supuesto. No solo los alimentos de sabor naturalmente amargo estimulan la producción de saliva, sino también la actividad del hígado, la vesícula biliar y el páncreas, ayudando en la digestión de las grasas. Las sustancias amargas estimulan la producción de ácido clorhídrico en el estómago y también ayudan a disminuir los antojos de azúcar. Con las sustancias amargas, podemos apoyar a nuestro cuerpo a hacer el mejor uso de los alimentos que comemos.
Las hierbas amargas saludables incluyen genciana, trébol de agua, achicoria, centaura y ajenjo. Las sustancias amargas también se encuentran en menor grado en el diente de león, el lúpulo y la angélica. Los alimentos amargos comunes incluyen la endibia belga, el radicchio, la rúcula y las alcachofas, así como el pomelo.
Sustancias amargas y procesos emocionales durante la digestión.
Un metabolismo saludable implica una serie de pasos en los que los alimentos que comemos son descompuestos y procesados por el cuerpo. Nuestra digestión no solo involucra procesos fisiológicos, sino también nuestras emociones conscientes e inconscientes. Estas pueden influir en cómo nuestro cuerpo procesa los alimentos, nuestro sentido del hambre, apetito, sed, instintos y preferencias de sabor. Solo pensar en la comida puede hacernos salivar. Producimos más ácido estomacal cuando estamos irritados, y perdemos el apetito debido a la tristeza o una enfermedad prolongada, mientras que la ansiedad puede causar sequedad en la boca. Los sabores amargos nos ayudan a comer conscientemente y apoyan activamente nuestro proceso digestivo.